Sitges 2010: Día 3. Sabado

El tercer día en Sitges y tras dormir poco más de una hora y un gran almuerzo rodeados de moscas que presagiaban la tormenta que llegaría por la noche y les miles de zombies que asolarían las calles de Sitges. Teníamos una cita ineludible con otra muestra de cine español. Esta vez se trata de Carne de Neón, de Paco Cabezas y nos sorprendió agradablemente y mucho. No tiene nada que envidiar al cine de Guy Ritchie, ni en la estética, ni en el ritmo, ni en el planteamiento. Ahora hace dos años, en el mismo festival vimos Rocanrolla del cineasta inglés, y lo que ha construido Paco Cabezas se parece mucho, pero no es copiado ni mucho menos, puede que ciertas licencias estéticas, pero la historia y los personajes son puramente hispanos y el sentido del humor también. Mejor la primera hora de metraje que el resto, que a nuestro entender, le quiso dar algo de trascendencia y no hacía falta. Un gran Dario Grandinetti tejiendo un personaje de malo hecho a medida. Buena película, muy recomendable para pasar un buen rato, con mucho humor y violencia. Hacia el final del film, los gritos que venían de fuera del escenario interferían a los balazos que provenían de dentro de la sala, eran las fans enfervorecidas que chillaban persiguiendo a Kellan Lutz, de la serie Crepúsculo. No había color.

Tras un breve paréntesis para reconfortar el estómago segunda sesión para ver Somos lo que hay, del mexicano Jorge Michel Grau. Muy significativo del cine de allí, violento y seco como la vida misma en México, una historia de canibalismo y rituales con unas dosis de violencia sin ningún tipo de dulcificación de esta. Lo fantástico se mezcla con lo cotidiano de una manera muy inteligente y a la vez muy veraz, y las muestras de humor negro, son contadas pero realmente sorprendentes.

El tercer pase del día fue para Chatroom, de Hideo Nakata, el mismo que nos aterrorizó con The ring y las posibilidades que tenia el DVD ahora nos alerta de los peligros del chat. Una historia que nos habla de la adolescencia y que tiene un planteamiento visual metafórico muy interesante. En este caso la película es más bien de suspense, rodada en Inglaterra y con actores de allí, pero nos mantiene en tensión sobre los posibles giros argumentales que pueden darse hasta precipitarse en un final no inesperado pero tampoco previsible. En la misma sala, a pocos metros compartía visionado con nosotros el actor Antonio de la Torre, como podemos ver en la foto.

Comenzaba la Sitges Zombie Walk, pero eso lo dejamos para otra entrada al final del festival.