Frase cinéfila

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"

BLADE RUNNER Rutger Hauer

viernes, 16 de noviembre de 2012

HOLY MOTORS, DE Leos Carax

Holy Motors, de Leos Carax fue la primera película que vi este año del Festival de Sitges, la voluntad del jurado hizo que finalmente fuese la ganadora.  La verdad es que aunque ha pasado más de un mes desde su visionado, todavía no tengo claro como valorar la película, en todo caso es una película desconcertante, porque entendería tanto que la crítica  situase a la película de Carax como una obra maestra (un clásico contemporáneo he llegado a leer) y a la vez también entendería al que pensase que es una tomadura de pelo y que decidiese irse del cine antes de que acabase la proyección.

Realmente es de las películas que cuesta explicar, si un amigo o conocido te preguntase aquello tan clásico de..¿Y de qué va?  Realmente te pondría en un brete.  Incluso cuando la estas viendo esta pregunta te asalta como espectador, y no es tarea fácil desvelarlo, aunque no imposible.  El hilo conductor nos presenta al personaje central (un Denis Lavant impresionante) que va cambiando de vida y personajes (hasta 9 veces) con sólo meterse en una limusina.  Este personaje, que no deja entrever fácilmente quien es, va dejándonos imágenes, bizarras, surrealistas, otras de gran belleza, pero en varias ocasiones impenetrables, por eso puede que a algunos les parezca una obra sublime, y en cambio a otros les resulte irritante tanta impenetrabilidad.  El trasfondo parece aterrador, pero digo parece porque como decía en un principio no estoy seguro de haber descubierto el código para poder valorar la película, creo que sería necesario cuanto menos, un nuevo visionado, pero no tengo claro que eso desvelara del todo mis dudas. El trasfondo, decía, me parece aterrado en cuanto he entendido un vacío existencial del personaje que le obliga a ese tour de force entre diferentes personajes, un personaje que sufre, que se debate entre identidades, todo ello ante una gran dirección; nada que objetar al trabajo de Carax, pero con un tono hermético, bello, surrealista, pero que hace dudar de que la reflexión final, si la hay, sea patrimonio exclusivo de Carax, como la escena final, que no sabes si es una tontería enorme o algo para aplaudir puesto en pie.



The ecstasy of cinema