Frase cinéfila

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"

BLADE RUNNER Rutger Hauer

domingo, 17 de enero de 2010

LA CINTA BLANCA (9), de Michael Haneke

La cinta blanca es una película sencillamente sensacional. Rodada en un majestuoso blanco y negro, duro y necesario, con una fotografía fantástica, (para no perderse tampoco los paisajes nevados, por su atipismo) una interpretación coral realmente impresionante, un guión de lo mejor sin ninguna duda de todo el 2009 y una dirección que para muchos es sin duda la mejor obra de Michael Haneke, el director. Un director que cosecha entre los que ven sus películas, tantos incondicionales como odios, pero que en este film ha conseguido unas críticas unánimes. Rodada sin banda sonora, tan solo la que interpretan algunos de sus intérpretes, lo que todavía incomoda más al espectador con ese guión que fluye constante creando una atmósfera, un ambiente de thriller con una precisión cronográfica y con un diseño milimétrico de la puesta en escena con auténtica maestría. Un film ingenioso, duro, hipnótico, que quedará en las retinas de los cinéfilos horas después de su visionado.

Haneke nos recuerda con su tratamiento de la cámara al mejor Bergman (eso se ha escrito) aunque a nosotros se nos asemeja más a Tarkovsky, unos diálogos llenos de sentido y una historia turbadora, llena de misterio, densa, terrible, que nos sitúa en los años anteriores de la primera Guerra Mundial que puede que nos abra los ojos sobre lo que sucedía en las zonas rurales del interior, donde el protestantismo moldeaba a los hombres de una manera muy alejada a lo que estamos acostumbrados a vivir y unos niños, otra vez ellos, que nos sobrecogen por la historia y por sus interpretaciones.
Cine de calidad, cine europeo, de autor, y si alguien la quiere tildar de obra maestra, desde aquí no nos opondremos en absoluto a semejante adjetivo. Una película para disfrutar de auténtico cine de calidad, personal y auténticamente impresionante, y como siempre, un gran final, como en casi todas las películas de Haneke. Imágenes sencillamente impactantes, como la del niño que baja las escaleras en medio de la noche llamando a su hermana, y una violencia que surge siempre del hombre, su lado más oscuro, como el sempiterno tema de las películas de Haneke.

No hay comentarios:

The ecstasy of cinema