Mishima, de Paul Schrader

A pesar de cumplir casi un cuarto de siglo y que nos dicen que es una nueva versión, de nueva nada, afortunadamente y es que pese a las mejoras de calidad (que se notan y mucho), la obra sigue siendo la misma, y eso quiere decir impecable, con atisbos de obra maestra. Paul Schrader (El placer de los extraños, Aflicction, ... guionista de Toro Salvaje o Taxi Driver) se nos muestra como el gran director que es en este biopic del dramaturgo japonés Yukio Mishima, talento más talento que se suma al de sus productores, Coppola y Lucas, y el resultado es esta magnífica película donde el actor que caracteriza a Mishima, Ken Ogata está a la altura en genialidad. A pesar de ser una película que no es nueva, desde aquí os animamos a ir a verla, a los que en su día no lo hicieron porque es un gran borrón en vuestra vida cinéfila, a los que ya la visteis en su día, su mejora digital es una buena excusa para volver a verla y constatar que todavía duele, que es de esas películas que no envejecen, puede que como vuestro espíritu, a pesar que el cuerpo esté en franca decrepitud. No dejéis escapar esta oportunidad de ver una gran película y contemplar el trabajo de un gran director que suele pasar desapercibido al gran público, y donde hasta el más mínimo detalle esta cuidado, con una banda sonora a cargo de Philip Glass que no parece acompañar a la misma película que estamos viendo, un deleite para los sentidos y un transtorno para el espíritu. El único pero que pondríamos desde cinéfilos es la innecesaria voz en off (Roy Scheider) para intentar explicar pero que empaña la excelente puesta en escena. Independientemente de la calidad de la película, a buen seguro lo que se narra de su vida y muerte (seppuku en público como ilustra la foto) en 4 capítulos, probablemente os dejará con ganas de conocer más de la vida de Mishima que de su propia obra.