Martin Scorsese ha conseguido ese estatus que hace que cualquier cosa que estrene y lleve su nombre genere enormes expectativas y esperanzas en su legión
de seguidores e incluso en los que todavía son escépticos con su trabajo, más aún cuando Scorsese adapta una novela de Dennis Lehane (el que también escribió Mistic River). Teníamos curiosidad por ver como se desenvolvía en un género que no nos tiene acostumbrado, alejado de la mafia y de su New York querido y que tan magistralmente nos ha retratado. Shutter Island no nos ha defraudado pero tampoco podemos decir que se trata de una gran obra de Martin.

Situada en los peores años del "McCarthysmo" la película se desarrolla en una institución mental de la época situada en una isla aislada durante un tremendo temporal que la deja aislada. Una trama de conspiración mezclada con algún misterio al más propio estilo de expediente X, la siempre difícil frontera entre la cordura y la lucidez cuando se habla de conspiraciones, el peso del poder político en esos años oscuros tras la 2ª Guerra Mundial, los flashbacks que se van alternando para darnos

La parte más floja del film recae en el guión, donde en ocasiones nos da demasiada información (que puede desvelar el suspense final al espectador más sagaz) y con algún que otro tipo de conexiones del argumento que hacen necesario un acto de fe del espectador para seguir disfrutando, pero el estupendo final, con su precisa ambigüedad hace que se le pueda perdonar. Los actores están a la altura en esta película. Sobran las palabras para valorar el trabajo de Ben Kingsley y Max Von Sydow (ovaciones, bravos y vítores), un increible Jackie Earle Haley (el Rorschach de Wachmen y el próximo Freddy Kruger), un Mark Ruffalo cumpliendo perfectamente como

Por cierto, no recomendamos que veáis esta película si estáis intentando dejar el tabaco o perteneceis a los diferentes grupos talibanes antitabaco.
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