Empieza
el año cinematográfico con una perdida más que sensible
para nuestro mundo. Eric Rohmer, uno de los directores de la nouvelle vague francesa y amigo y compañero de Godard, Rivette, Chabrol, Resnais o Truffaut. Su cine es hasta cierto punto simple a la vez que intelectual. No en vano el decía que sus películas no tenían mensaje, simplemente era gente en movimiento, pero los que hayan visto las más de 80 películas suyas se darán cuenta de que no es tan simple como el dice, aunque los puntos de partida si que suelen ser sencillos aunque los puntos de vista morales que planteaba no lo eran tanto. Películas como La rodilla de Clara, Pauline en la playa, Mi noche con Maud, El rayo verde o sus cuentos estacionales son una buena muestra de este grandísimo director e intelectual que nos ha dejado un legado impresionante.


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