Comenzó el Festival Internacional de Cine de Catalunya, y en esta 41ª edición se quiso homenajear al film que cambió para siempre la concepción de lo que había de ser la ciencia-ficción, el film de Stanley Kubrick 2001 a Space Odyssey, y para celebrar el 40 aniversario de esta obra paralela al festival en muchos sentidos, se invitó a la viuda de Kubrick, Christiane, y a Jan Hartman con el que trabajó codo con codo durante décadas. Antes de esta breve aparición para recoger el galardón y obsequiarnos con un breve montaje donde las imágenes más célebres de Kubrick nos hacían quedarnos hipnotizados en la pantalla, el Festival se abrió con un emotivo recuerdo para Paul Newman, que arrancó la mayor ovación de la noche. También se reconoció el esfuerzo a Ramón Martos, pionero en la postproducción digital en España.
Como colofón a la ceremonia se proyectó el corto sin diálogos Cotton Candy basado en un cuento de Júlio Cortázar y por fin la película Mirrors (Reflejos) del francés Alexandre Ajá que adujo problemas de salud para no asistir y delegó unas palabras en uno de los responsables de los efectos e

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