SUBMARINO, de Thomas Vinterberg (8)

Vuelve Thomas Vinterberg (uno de los fundadores del movimiento Dogma junto con el gran Lars Von Trier) con el tema que le ha dado más alegrías cinematográficas (Celebration), la familia. Con Submarino, Vinterberg nos muestra una situación extrema, un drama en que no nos ahorra ni un sólo detalle escabroso, nos muestra una realidad exageradamente dramática sin que adivinemos mucho en el film el sentido, pero el estilo y la interpretación es excelente. Atención al actor Jakob Cedergren, la contención con la que realiza su papel es impresionante y destaca con mucho, y aporta credibilidad a una historia que por extrema, en ocasiones puede parecer poco creible.

La historia de dos hermanos empieza con un prólogo realmente bueno, que pone en antecedentes sobre la situación, explica, para luego explicar la historia por separado de los hermanos y hemos de de decir que la segunda es con diferencia la historia más floja, entre otras cosas porque la interpretación que se hace del hermano pequeño no llega ni de lejos a la brillantez del mayor. Finalmente las dos historias se encuentran en un epílogo que llega y emociona pese a su sencillez y que recobra el tono perdido en la segunda historia. En definitiva una película de bajo presupuesto pero que resulta un buen drama y que nos da una buena muestra de la pujanza del cine nórdico. La soledad, la profunda soledad de los personajes, junto con la culpabilidad, el fracaso, la exclusión, la imposibilidad de empezar de nuevo sin contar con el pasado y otros temas tangenciales salen a la luz en esta historia extrema de crudeza y frialdad, no solamente en la temática y en los fríos paisajes (tanto interiores como exteriores) de la Dinamarca natal del director, sino incluso en la manera de usar la cámara y la luz.

Pese a algunas debilidades que pueden observarse en el film, podemos hablar de que es una buena película. Si, es una de esas películas de autor (eso que antes llamaban de Arte y Ensayo), es una película lenta (pero no excesivamente), con muchos silencios (algunos de ellos tremendos), pero sobretodo la primera hora y media de metraje pasa en un suspiro y sobretodo, retrata perfectamente la soledad que los que no viven en ambientes tan extremos, también pueden experimentar. Totalmente recomendable.