
Por mas que se empecinen en decir que el western es un genero muerto, este se empeña en demostrar que no es así, y
El tren de las 3:10 (
3:10 to Yuma), de
James Mangold (
En la cuerda floja) es una buena muestra de ello y se suma a las esporádicas muestras que van surgiendo (
Sin perdón,
Open range,
El asesinato de Jesse James...). A pesar de ser un western rodado en pleno siglo XXI y ser un remake de una película de
Delmer Daves con
Glenn Ford como protagonista, es una buena película, un buen western, rodado con destreza y con una interpretación mas que notable a cargo de
Russell Crowe y
Christian Bale, y un enorme
Ben Foster que pide a gritos un papel mayor. El film se centra en la evolución psicológica de los dos protagonistas, antagónicos en principio, pero al final completamente afines. Como en todos los westerns, la lucha entre el bien y el mal y la búsqueda de esa fina frontera que las separa, en un ambiente masculino, casi misógino, con el deber como telón de fondo. Rodado sin excesos, sin excesivo ruido ni demasiado movimiento de cámara, cosa de agradecer en estos tiempos,
El tren de las 3:10, sin ser la enésima reinvención del género (ni falta que hace), es una buena película, ni pretenciosa ni engañosa.
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