No se si quedan muchos mitos de Hollywood de la edad de oro, no me he parado a pensar cuantos pueden quedar todavía pero sin duda, Liz fue uno de los que brilló con una luz más esplendoroso en este Olimpo contemporáneo que a los que nos gusta el cine nos seduce, un icono esplendoroso. En el caso de Liz Taylor se unen talento interpretativo, belleza arrebatadora y un glamour que seguramente hoy en día se ha perdido en los y las interpretes actuales, cómo una muestra de un tipo de cine y de sociedad a la que dificilmente podremos volver en la realidad, pero que afortunadamente podemos visitar asiduamente siempre que nos lo propongamos y los soportes (vhs, dvd, blue-ray, etc) nos lo permitan. Viendo sus películas podemos volver a esa edad de oro del Hollywood que a parte de buenas películas, de grandes historias, también nos ofrecía un plus para los fetichistas, un tipo de actores y actrices que ejercían como tales. En ese sentido Liz ejerció como actriz y como diva, y de ahí esos continuos matrimonios (especialmente con Richard Burton) y escándalos, esa relación extraña con Michael Jackson, en definitiva, carnaza para la prensa rosa (o amarilla). Seria trabajoso hacer mención a toda su filmografía, pero queremos destacar aquí alguna de las películas en que su belleza y su buen hacer dejó mella en este espectador y voy a hacerlo sin mirar ninguna lista, sólo algunas de las que recuerdo de memoria y que creo necesario rememorar (luego las comprobaré): La gata sobre el tejado de zinc, Quo Vadis, El padre de la novia, Mujercitas, Gigante, De repente el último verano, ¿Quién teme a Virginia Woolf?, ... y por supuesto por algo que recordaré su exquisita belleza y por ende, al mundo antiguo... Cleopatra.
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Hace 3 meses
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